Los fragmentos del cometa |
El Shoemaker-Levy 9 (en adelante SL9, como suele abreviársele, aunque es llamado formalmente D/1993 F2) fue un cometa que colisionó con Júpiter en 1994, proporcionando la primera observación directa de una colisión extraterrestre entre objetos del Sistema Solar; esto generó una gran cobertura en los medios de comunicación hasta tal punto que el S-L9 se hizo popular y fue observado por astrónomos alrededor del planeta dada su importancia a nivel científico. Asimismo, los impactos proporcionaron nueva información sobre Júpiter y destacaron su papel en la reducción de basura espacial del Sistema Solar interior.
Descubierto por los esposos Carolyn y Eugene Shoemaker, y el también astrónomo David Levy, fue encontrado en la noche del 24 de marzo de 1993 en una fotografía tomada con la Cámara de Schmidt del Observatorio Palomar en California (EUA), convirtiéndose en el primer cometa observado girando alrededor de un planeta en lugar del Sol, algo bastante inusual.
Conforme se acercaba la fecha para las colisiones los astrónomos preparaban sus telescopios, incluso el Telescopio Espacial Hubble, el ROSAT, satélite de observación de Rayos X y significativamente la misión espacial Galileo, entonces en su viaje de encuentro con Júpiter fijado para 1996.
Los impactos, ocurridos en orden alfabético, iniciaron con el golpe que el fragmento A le dio al hemisferio sur de Júpiter a una velocidad de aproximadamente 60 km/s, a las 20:18 UTC del 16 de julio de 1994. Los instrumentos en la misión Galileo descubrieron un bólido que alcanzó una temperatura máxima de aproximadamente 24 000 K; unos minutos después la Galileo y los observadores desde la Tierra descubrieron la bola de fuego que el impacto había generado cuando rotó el planeta, poco después del impacto inicial. Tal cual estaba previsto, los impactos finalizaron el 22 de julio, cuando el fragmento W golpeó al planeta.
Cicatrices del impacto |
Las cicatrices de los impactos en Júpiter fueron visibles durante muchos meses después del impacto. Eran sumamente prominentes, y los observadores las describieron como más fácilmente visibles que la Mancha Roja. Una búsqueda de observaciones históricas reveló que las manchas eran, probablemente, lo más prominente se había visto nunca en el planeta, y que mientras la Gran Mancha Roja es notable por su llamativo color, nunca antes se había visto ninguna mancha del tamaño y oscuridad de las causadas por los impactos del SL9.
Aún recuerdo aquellos sucesos, y la emoción al ver los impactos en mi telescopio. La Astronomía nunca deja de ser fuente de inspiración, asombro, reverencia y maravilla.
Fuente de la información: Wikipedia
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