La sonda Mariner 2, que sobrevoló Venus en diciembre de 1962 a una distancia de 34.773 km se convirtió en la primera sonda en transmitir desde las proximidades del planeta. Era una sonda lunar del tipo Ranger modificada que estableció que Venus no tenía campo magnético y que midió las emisiones térmicas de microondas del planeta. Los siguientes intentos de la Unión Soviética, las sondas Cosmos 21 y Cosmos 27 no consiguieron salir de la órbita terrestre y fueron destruidas. La también soviética Zond 1, la primera en incluir un módulo destinado a entrar en la atmósfera de Venus y aterrizar, correría mejor suerte, iniciando su viaje con normalidad, pero se averió en algún momento tras su última transmisión de telemetría, pasando a 100.000 km de Venus. Poco después del lanzamiento de la Venera 2 en las primeras semanas de noviembre de 1965, se lanzó también con el mismo destino la sonda Cosmos 96, que supondrá sin embargo un fracaso aun mayor al no ser capaz siquiera de abandonar la órbita terrestre.
La superficie de Venus desde la Venera 9 |
El 1 de marzo de 1966, la sonda soviética Venera 3 se estrelló sobre Venus, convirtiéndose en la primera nave espacial en alcanzar la superficie del planeta. La cápsula de descenso de la Venera 4 entró en la atmósfera de Venus el 18 de octubre de 1967. Fue la primera sonda en transmitir datos medidos directamente en otro planeta. La cápsula midió temperaturas, presiones, densidades, y realizó once experimentos químicos para analizar la atmósfera. Sus datos mostraban un 95% de dióxido de carbono, y en combinación con los datos de ocultación de la sonda Mariner 5, mostró que la presión en la superficie era mucho mayor de lo previsto. Estos resultados fueron verificados y refinados por las misiones Venera 5 y Venera 6, aunque ninguna de estas misiones alcanzó la superficie mientras aún transmitían. La batería de la Venera 4 se agotó mientras la sonda aún flotaba lentamente en la masiva atmósfera de Venus, y las Venera 5 y 6 se colapsaron por la alta presión a 18 kilómetros sobre la superficie.
El primer aterrizaje con éxito en Venus lo realizó la sonda Venera 7 el 15 de diciembre de 1970. Esta sonda reveló unas temperaturas en la superficie de entre 457 y 474 grados centígrados. La siguiente fue la Venera 8, que además de dar datos sobre presión y temperaturas, mostró que las nubes de Venus formaban una capa compacta que terminaba a 35 kilómetros sobre la superficie, además de analizar la composición química de la corteza.
En febrero de 1974 la sonda Mariner 10 sobrevoló a Venus en su camino de encuentro con Mercurio, fotografiando la atmósfera venusiana en ultravioleta, además de realizar con éxito otros estudios atmosféricos.
La sonda soviética Venera 9 entró en la órbita de Venus convirtiéndose en el primer satélite artificial de Venus. Una batería de cámaras y espectrómetros devolvieron información sobre la capa de nubes, la ionosfera y la magnetosfera, así como mediciones de radar de la superficie realizadas por radar. El vehículo de descenso de 660 kilogramos de la Venera 9 se separó de la nave principal y aterrizó, obteniendo las primeras imágenes de la superficie y analizando la corteza. La misión Venera 10 realizó una serie similar de experimentos.
La Pioneer Venus |
En 1978, la NASA envió la sonda espacial Pioneer Venus. La multisonda Pioneer Venus consistía en una sonda atmosférica mayor y otras tres más pequeñas. Las cuatro sondas entraron en la atmósfera de Venus seguidas por el vehículo que las portaba. Aunque no se esperaba que ninguna de las sondas sobreviviera al descenso, una de ellas continuó operando hasta 45 minutos después de alcanzar la superficie.
El vehículo orbitador de la Pioneer Venus fue insertado en una órbita elíptica alrededor de Venus. Transportaba 17 experimentos y funcionó hasta 1992.
También en 1978, las Venera 11 y Venera 12 volaron hasta Venus, dejando caer sus vehículos de descenso. Las sondas estaban provistas de cámaras en color, taladros y analizadores que, por desgracia, fallaron. Cada uno realizó mediciones que, inesperadamente, descubrieron una proporción alta de cloruros en las nubes, además de los sulfuros. También se detectó cierta actividad eléctrica en forma de chasquidos de radio asociados a la actividad de rayos.
En resumen, la idea que muchos tenían de Venus como un paraíso tropical envuelto bajo las nubes, quizá desbordante de vida, quedó definitivamente descartada, y se estableció la verdadera cara de Venus: un sitio infernal, con nubes de ácido sulfúrico y temperaturas y presiones extremas. pero la invesigación continúa hasta hoy.
Fuente: Wikipedia
Fuente: Wikipedia