Llegamos al rojo Marte. El dios de la guerra es el cuarto y último planeta del llamado sistema solar interior. Presenta una forma ligeramente achatada en los polos, más acentuado que el de la tierra, y su densidad también es menor, lo que ocasiona una gravedad ligeramente más pequeña que la nuestra, a pesar de parecerse mucho a nuestro planeta en sus dimensiones. El día marciano dura 24 horas con 40 minutos, y su año es de 687 días terrestres.
Este planeta tiene una geografía compleja: cordilleras, planicies, mares de dunas, cañones, cráteres de impacto meteorítico… El color rojo de su superficie se debe al alto contenido en óxido de hierro que contiene, formada principalmente por basalto. Una característica que domina parte del hemisferio norte, es la existencia de un enorme abultamiento que contiene el complejo volcánico de Tharsis. En él se encuentra el Monte Olimpo, el mayor volcán del sistema solar. Tiene una altura de 25 km, más de dos veces y media la altura del Everest. Cercano al Ecuador y con una longitud de 2.700 km, una anchura de hasta 500 km y una profundidad de entre 2 y 7 km, Valle Marineris es un cañón que deja pequeño al Cañón del Colorado. Hay una clara evidencia de erosión en varios lugares de Marte tanto por el viento como por el agua. Existen en la superficie largos valles sinuosos que recuerdan lechos de ríos secos.
La atmósfera de Marte es muy tenue, una centésima parte de la terrestre y su composición es fundamentalmente: dióxido de carbono, nitrógeno, argón y trazas de oxígeno, monóxido de carbono, y vapor de agua. La atmósfera es lo bastante densa como para albergar vientos muy fuertes y grandes tormentas de polvo que, en ocasiones, pueden abarcar el planeta entero durante meses. El cielo en Marte es de un suave color rosa salmón debido a la dispersión de la luz por los granos de polvo muy finos procedentes del suelo.
Marte posee dos pequeños satélites naturales, llamados Fobos y Deimos. Su órbita está muy próxima al planeta. Se cree que son dos asteroides capturados. La Mariner 4 en 1965 sería la primera en transmitir desde sus cercanías. Junto a las Mariner 6 y 7 que llegaron a Marte en 1969 sólo consiguieron observar un planeta lleno de cráteres y parecido a la Luna. Fue el Mariner 9 la primera sonda que consiguió situarse en órbita marciana. La primera nave en aterrizar y transmitir es la soviética Marsnik 3. Posteriormente lo harían las Viking 1 y Viking 2 en 1976. En 1997 la Mars Pathfinder aterrizó con éxito y probó que era posible que un pequeño robot fuera operativo. En 2004 los robots Spirit y Opportunity aterrizaron en dos zonas muy separadas para analizar las rocas en busca de agua, encontrando indicios de un antiguo mar. La Agencia Espacial Europea (ESA) lanzó la sonda Mars Express que actualmente orbita el planeta. A esta se suma la nave de la NASA Mars Oddysey y la Mars Reconnaissance Orbiter. En 2008 la sonda Phoenix aterrizó cerca del polo norte; su objetivo primario fue hacer prospecciones a diferentes profundidades.
Quizá Marte sea el próximo objetivo de la exploración tripulada. La nueva frontera nos espera.
