Encuéntranos en Google+. Muerte de las estrellas 2 (final) ~ El gato cuántico

domingo, 15 de abril de 2012

Muerte de las estrellas 2 (final)


El final de las estrellas: Muertes más o menos violentas.

Nebulosa planetaria + enana blanca ( Masa menor a 5 MSol )

Las estrellas de masa inferior a 5 masas solares expulsan sus capas exteriores durante la fase de gigante roja. El remanente estelar (los restos finales, el "cadáver" de la estrella) resultante es el núcleo degenerado desnudo de la estrella, con una composición rica en carbono y oxígeno en la mayoría de los casos (aunque para las estrellas de menor masa el elemento dominante es el helio y para las de mayor masa también puede haber neón). Dicho remanente es una enana blanca y su superficie está inicialmente a temperaturas muy elevadas, del orden de 100.000 grados. La radiación emitida por la estrella ioniza las capas de gas recientemente expulsadas, dando lugar a una nebulosa de emisión del tipo nebulosa planetaria (ver ilustración). Así pues, las estrellas aisladas de masa baja e intermedia acaban sus vidas de una forma relativamente poco violenta.
Nebulosa planetaria
La nebulosa planetaria es observable mientras la enana blanca es lo suficientemente caliente como para ionizar el hidrógeno que es su componente principal; este periodo dura unos 10.000 años. Las enanas blancas se enfrían rápidamente al principio, pero la tasa se ralentiza después. Una enana blanca no tiene fuentes de energía propias (excepto durante el periodo de cristalización), por lo que su luminosidad procede de su energía térmica almacenada. Así, poco a poco se irá apagando hasta enfriarse a temperaturas de alrededor de los 2000º, al bajar la temperatura la presión no es suficiente para detener el colapso gravitatorio y se producen las llamadas novas de clase II, explosiones con una energía brutal que se creen vitales para la formación de organismos vivos.

Supernova/brote de rayos gamma + estrella de neutrones/agujero negro/nada ( Masa mayor 9-10 MSol )

Las estrellas de más de 9-10 masas solares (el valor exacto del límite no se conoce con precisión) evolucionan a través de todas las fases de combustión hasta agotar toda la energía potencial nuclear de que disponen. Las últimas fases de quemado transcurre cada una más rápidamente que la anterior hasta llegar a la fusión del silicio en hierro, que tiene lugar en una escala de días. El núcleo, incapaz de generar más energía, no puede aguantar su propio peso ni el de la masa que tiene por encima, por lo que colapsa. Durante la contracción gravitatoria final se producen una serie de reacciones que fabrican multitud de átomos más pesados que el hierro. Dependiendo de la masa de ese núcleo inerte el remanente que quedará será una estrella de neutrones o un agujero negro. Cuando el remanente inicial sea una estrella de neutrones, una onda de choque se propagará por las capas exteriores, las cuales saldrán rebotadas hacia fuera. Dichas capas reciben además un excedente de energía de las reacciones nucleares producidas en el último estertor de la estrella, buena parte de él en forma de neutrinos. La conjunción de esos dos efectos da lugar a una supernova de colapso gravitatorio, una explosión colosal que disemina los restos de la estrella por el universo. Es un proceso importante, debido a que en esa fase final se sintetizan multitud de elementos pesados (como el calcio en tus huesos o el hierro en tu sangre), que luego enriquecen las estrellas y planetas que se formen en la región.
Explosión de supernova

En función de la masa tenemos cuatro posibles destinos para las estrellas masivas y muy masivas:
Para la mayoría de estas estrellas el remanente inicial será una estrella de neutrones y se producirá una supernova.
Si la masa inicial de la estrella es superior a unas 30 masas solares, parte de las capas exteriores no podrán escapar a la atracción gravitatoria de la estrella de neutrones y caerán sobre ésta provocando un segundo colapso para formar un agujero negro como remanente final. Este segundo colapso produce un brote de rayos gamma.
En estrellas de masa superior a 40 MSol el remanente inicial es un agujero negro, por lo que las capas exteriores no podrían en principio rebotar contra él para producir una supernova. No obstante, los modelos actuales no descartan que se pueda producir una supernova débil, sobre todo si la velocidad de rotación de la estrella es elevada. Este grupo de objetos también produce un brote de rayos gamma.
Para el infrecuente caso de estrellas de muy baja metalicidad y masa entre 140 MSol y 260 MSol existe una última posibilidad: una explosión de supernova producida por la creación de antimateria. En dicho caso la estrella se desintegra por completo sin dejar un remanente.

En próximas entradas iremos viendo cada uno de estos conceptos un poco esotéricos (enana blanca, estrella de neutrones, agujero negro...). Con calma, que el universo ha durado 14.000 millones de años y no se acabará mañana.

Fuente: Wikipedia
Crédito de las fotos: Hubble/ESA
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