La sonda en el Jet Propulsion Laboratory (JPL) |
La Pioneer 10 es una sonda espacial norteamericana que fue lanzada el 2 de marzo de 1972, siendo la primera en atravesar el cinturón de asteroides y llegar hasta el planeta Júpiter, el objetivo principal de su misión. En junio del año 1983 se convirtió en el primer objeto fabricado por el ser humano que atravesó la órbita de Neptuno, en aquel momento el planeta más distante del Sol dada la excentricidad de la órbita de Plutón.
El paso por Júpiter proporcionó las mejores imágenes hasta la fecha de la atmósfera de ese planeta, permitiendo obtener información de la temperatura de la atmósfera y de la altura en la que se encuentran las nubes superiores. También estudió los cinturones de radiación del planeta y el fuerte campo magnético jupiteriano, de intensidad muy superior a la que se esperaba.
La nave Pioneer 10 es también famosa por le hecho de que contiene una placa inscrita con un mensaje simbólico que le informa a la civilización extraterrestre que pudiese interceptar la sonda acerca del ser humano y su lugar de procedencia, la Tierra, una especie de "mensaje en una botella" interestelar. Esta placa fue fabricada en oro, debido a que este elemento tiene propiedades que hacen que se degrade mínimamente.
En la placa aparece:
a la derecha, la imagen de la sonda con el único fin de dar proporción a las dos figuras humanas dibujadas delante, una femenina y otra masculina.
a la izquierda, un haz de líneas que parten radialmente de un mismo punto; ese punto es el planeta Tierra; las líneas indican la dirección de los púlsares más significativos cercanos a nuestro sistema solar y en cada uno, en sistema de numeración binario, la secuencia de pulsos de cada uno; este apartado constituye nuestro "domicilio" en el universo; una civilización técnicamente avanzada, con conocimiento de los púlsares, podría interpretar la placa;
en la parte inferior se representa un esquema del sistema solar, con los planetas ordenados según su distancia respecto al Sol y con una indicación de la ruta inicial de la Pioneer 10;
arriba del conjunto, a la izquierda, se muestra, también con indicaciones en sistema binario, el spin de una molécula de hidrógeno, el elemento más común en el universo.
La sonda fue construida de aluminio y pesaba 258 kg en el despegue, con 28 kg de propelente. La parte central es un anillo hexagonal que alberga el sistema de radio, la computadora, baterías, la grabadora, los cables y otros elementos. La nave también lleva una antena parabólica de 2,74 m para las comunicaciones con la Tierra, además de unas antenas de media y baja ganancia. La energía era suministrada por 4 generadores termoeléctricos de radioisótopos (abreviadamente, RTG) de 15 kg de masa cada uno, y utilizaba dióxido de plutonio como fuente de energía. La sonda requería 106 vatios de potencia y 26 vatios para los experimentos, el sistema de propulsión era alimentado por un tanque de hidracina de 26kg, y constaba de 12 propulsores para correcciones y actitud. La orientación se realizaba mediante 3 sensores solares y un sensor estelar apuntando a la estrella Canopus. El control de la sonda lo realizaba una computadora central, constando de un procesador de comandos y memoria. La información era almacenada en una grabadora de datos con 49 kb de memoria, 50 kb para los experimentos y 222 comandos. (sí, has leído bien: kilobytes. Menos que una calculadora científica de hoy).
Lanzamiento de la Pioneer 10 |
Entre los experimentos que la Pioneer 10 llevaba a bordo se encontraban detectores de meteoritos, una cámara, un radiómetro, un fotómetro, un detector de rayos cósmicos, un sensor plasma y un magnetómetro.
La débil señal de la Pioneer 10 continuó siendo rastreada por la Red del Espacio Profundo, como parte del nuevo estudio del concepto de la teoría del Caos. Después de 1997 la sonda fue usada en el entrenamiento de controladores en cómo adquirir señales de radio del espacio.
La última recepción exitosa de telemetría fue el 27 de abril de 2002. Señales subsecuentes fueron apenas detectables. La pérdida de contacto fue probablemente debido a la combinación del incremento de la distancia y a un lento debilitamiento de la fuente de energía de la sonda.
La última débil señal del Pioneer 10 fue recibida el 23 de enero de 2003, cuando estaba a 12 mil millones de kilómetros de la Tierra. El intento por contactarla el 7 de febrero de 2003 no fue exitoso. Un último intento fue realizado la mañana del 4 de marzo de 2006, la última vez que la antena estaría correctamente alineada con la Tierra, sin embargo no se recibió respuesta del Pioneer 10. En la actualidad la nave se dirige hacia la estrella Aldebarán, en la constelación de Tauro, a donde llegará dentro de 1.690.000 años.
Es una gran embajadora de la Humanidad. Sería magnífico (aunque improbable) que alguna vez fuera interceptada y su mensaje descifrado. Al menos sería como decir a nuestros hermanos de sitios lejanos "yo también estuve aquí".
Fuente: Wikipedia
Crédito de las fotografías: NASA/JPL